Friday, October 17, 2008

Nueva Sede del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco






La nueva sede del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco se levanta en el último solar que permanecía libre en el centro administrativo y de negocios de Bilbao. El edificio agrupa los servicios y las comunicaciones verticales en una espina adosada a la medianera más larga y genera siete plantas diáfanas de oficina. Sobre ellas se ubican otras dos plantas destinadas a locales representativos e institucionales. La sala de consejos ocupa la doble altura del torreón. El salón de actos, su vestíbulo y los locales anejos se sitúan en el primer sótano. Más abajo hay tres plantas de estacionamiento.

Hasta ahora, la institución -de gran vinculación pública- ha sufrido la diseminación de su personal por diferentes inmuebles, difícilmente identificables por los ciudadanos, alejados entre sí e incómodos tanto para los usuarios como para los propios servicios técnicos. El nuevo edificio responde a la voluntad del promotor de agrupar a sus empleados en un lugar reconocible para facilitar las gestiones a los administrados, aumentar la eficacia del servicio e identificarse corporativamente. La operación, al mismo tiempo, ha revertido un importante beneficio económico y patrimonial. El solar forma una esquina en uno de los dos ejes principales del Ensanche, trazados en 1862.
La normativa urbanística del área es muy restrictiva y prevé repetir el perfil de los medianiles, retranquear los áticos según una directriz curva, achaflanar la esquina y construir un torreón sobre el chaflán. El edificio agrupa los servicios y las comunicaciones verticales en una espina adosada a la medianera más larga y genera siete plantas diáfanas de oficina. Sobre ellas se ubican otras dos plantas destinadas a locales representativos e institucionales. La sala de consejos ocupa la doble altura del torreón. El salón de actos, su vestíbulo y los locales anejos se sitúan en el primer sótano. Más abajo hay tres plantas de estacionamiento. Los montacoches permiten el acceso rodado a todas los niveles de sótano.
Una doble envolvente resuelve no sólo los requerimientos urbanísticos sino también los energéticos, los de resistencia al fuego del edificio y el aislamiento acústico del exterior. El beneficio climático que se obtiene permite eliminar el aire acondicionado tradicionalmente entendido y, con él, los falsos techos de las oficinas. Por tanto, se minimiza el sonido producido por el edificio, desaparece totalmente la recirculación del aire en los lugares de trabajo, con un importante aumento de las condiciones de higiene laboral, y se reduce el volumen ocupado por cada planta construida, con el consiguiente ahorro de recursos consumidos por la construcción.
La fachada responde a la investigación puesta en marcha por Coll-Barreu Arquitectos en sus últimos proyectos, la cual entiende el envoltorio como un sistema. En la definición del sistema intervienen la técnica constructiva, el funcionamiento del edificio, el intercambio energético, la ciudad y también el propio hecho, la voluntad de ser… pero nunca el alzado o la composición. Como tal sistema, debe proporcionar una respuesta válida a las múltiples situaciones diferentes que se generan en la fachada. Además, en lugar de limitarse a configurar el interior del edificio por un lado y conformar el espacio urbano por el otro, el sistema de fachada debe convertirse en un vehículo social.
Los pliegues de la fachada generan visuales múltiples desde el interior hacia las calles que se cruzan y, desde las últimas plantas, hacia el paisaje que circunda la ciudad; resultan un mecanismo de gran eficacia para la incorporación del vitalismo urbano en el interior del edificio. El lugar de trabajo disfruta del volumen permeable, vividero y transitable de la fachada, a través del cual el edificio respira y produce el intercambio espacial entre el interior y el exterior. El sistema de fachada del edificio se parece a la experiencia de sentarse a la puerta de una casa, sobre el umbral, con la mirada hacia el camino y la espalda hacia el hogar.

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